¿Alianza de facto en Yucatán entre Morena y el bipartidismo rumbo al 2024? Adendum; Proyecto PAN-Vila 2030 y la reivindicación política del pueblo maya en la transformación nacional

Mérida.- En el estado de Yucatán se llevará a cabo uno de las batallas políticas e ideológicas más importantes del 2024 por su trascendencia nacional, la entidad es el estado más seguro de toda la federación y el mando de la Secretaría de Seguridad Pública está bajo la dirección de Sayden, miembro del gabinete transexenal desde la administración priista de Rolando Zapata prolongado en su puesto en la actual administración del panista Mauricio Vila.

El mejor gallo del PAN rumbo al 2024 era el gobernador yucateco Mauricio Vila, sin embargo, decidió no quemarse e ir al Senado de la República por la vía plurinominal con el objetivo de buscar los reflectores nacionales en la capital para poder aspirar a la candidatura por la presidencia en la elección de 2030 después de su paso como gobernador y senador.

Yucatán es la punta de lanza a nivel nacional en los índices de seguridad pública y de crecimiento económico en el sureste mexicano derivado de la inversión del Tren Maya combinada con la capacidad industrial  de la entidad reflejada en la finalización de las obras por parte de ICA para conectar por vías férreas a Mérida, Valladolid e Izamal con el polo turístico internacional de Cancún.

Mauricio Vila es carismático, tiene buena presencia física y una imagen de hombre de familia, además de un buen manejo de sus redes sociales como parte integral de un destacado proyecto de comunicación política que incluyó la buena relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La administración de Mauricio Vila endeudó al Estado de Yucatán con 9,000 MDP que utilizó discrecionalmente sin rendición de cuentas y sin presión de los medios de comunicación locales sometidos a la voluntad de los contratos de comunicación social para no abordar el tema ante la opinión pública.

El único político que levantó la voz sobre el endeudamiento de la entidad fue el diputado local Rafael Echazarreta que intentó contender por la precandidatura de la gubernatura y posteriormente por la alcaldía de Mérida, en ambos resultados fue relegado por Joaquín Díaz Mena y por Rommel Pacheco respectivamente, dos figuras de origen panista que describen la hegemonía partidista del PAN y del PRI en la entidad.

Otra prueba de facto sobre la alianza del movimiento con el priismo de la entidad son las pre-candidaturas de los dos ex abanderados del PRI-PVEM en 2018 para el Senado, Verónica Camino Farjat y de Carlos Ramírez Marín, hoy van rumbo a su posible reelección en el Senado de la República por la alianza Morena-PVEM.

En la elección de 2018 en Yucatán se desarrolló el fenómeno del voto cruzado que le dio el triunfo a AMLO a nivel federal, a Vila en el Gob. del Estado y al PRI por los Senadores.

La realidad es que Morena Yucatán carece de un proyecto ideológico local o de cuadros políticos relevantes y el resultado es la conformación de las candidaturas basadas en figuras emanadas del PRI y del PAN porque no existe un movimiento de jóvenes que representen un nuevo proyecto para la entidad.

El estado de Yucatán tiene una gran deuda en la agenda ambiental con la operación de las granjas porcícolas que amenazan las reservas de agua en los ríos subterráneos (Green Peace) de la península por la operación de la industria cárnica. Existe un gran rezago social en bastas regiones metropolitanas y la burbuja inmobiliaria en Mérida es producto de la especulación financiera, aunado a la falta de planeación urbanística e inversión pública y/o privada acorde a la construcción de desarrollos habitacionales sin acceso a servicios públicos que solo provocan un sobre densificación poblacional desorganizada.

El estado de Yucatán debería tener un candidato morenista de origen maya y el lopezobradorismo debe de construir un proyecto político desde las comunidades mayas para elegir a sus representantes populares. Tradicionalmente se ha excluido al pueblo maya de la participación política en Yucatán y el año 2024 refrenda esa herencia maldita que tiene sus antecedentes en el asesinato de Felipe Carrillo Puerto, ex gobernador asesinado por la «casta divina» conformada por los hacendados de la época que se unieron a los militares de Victoriano Huerta en la guerra civil del proceso revolucionario con la deposición y asesinato del presidente en turno Francisco I. Madero en 1913.

El pueblo de Yucatán tiene en su herencia lingüística maya parlante la capacidad de ser la nación que encabece la restauración política y cultural que reivindique el progreso y bienestar del milenario pueblo maya, los mayas fueron reprimidos militarmente en la denominada «guerra de castas» desde mediados del siglo XIX hasta principios del siglo XX durante el régimen de Porfirio Díaz que tomó Chan Santa Cruz (hoy Municipio de Felipe Carrillo Puerto, QRoo.) en 1901 después de pactar con los británicos la entrega de los territorios de lo que es hoy Belice a Reino Unido, a cambio de que la Corona Británica dejara de abastecer de armas y municiones a los rebeldes mayas dirigidos por Cecilio Chi, Jacinto Pat y Jacinto Canek.

La Península de Yucatán tiene una riqueza cultural inmensa por la perpetuación milenaria de la cultura maya y solo el renacimiento político de los mayas podrá traer el progreso y bienestar para todo el pueblo yucateco en un escenario social donde todavía se le conoce a la capital como la «blanca Mérida» por una connotación racial generada durante el periodo colonial.

México debe reconocerse como un Estado plurinacional y en ese contexto, la nación maya deber erigirse como ejemplo nacional para deconstruir la narrativa histórica eurocentrista y construir un nuevo modelo social donde el pueblo maya sea la pieza angular del proyecto social, educativo y de desarrollo en beneficio de los legítimos herederos de la península de Yucatán.